Tomando como punto de partida su noción de las «siete inteligencias» , Gardner pasa revista a siete figuras absolutamente extraordinarias: Sigmund Freud, Albert Einstein, Pablo Picasso, Igor Stravinsky, T. S. Eliot, Martha Graham y Mahatma Gandhi, cada uno de ellos destacado ejemplo de un tipo específico de inteligencia. Gardner, así, aporta pruebas de que las personas creativas de nuestro tiempo se caracterizan por una configuración específica de su personalidad y de que los modos en que sus ideas se conciben, se articulan y difunden ofrecen numerosas coincidencias. Los individuos creativos se caracterizan por combinaciones poco habituales de inteligencia y personalidad y, por ello, resultan esenciales las circunstancias en que trabajan y las reacciones del grupo de colegas que les rodean. De este modo, comprender la naturaleza de sus distintos hitos creativos no sólo arroja una nueva luz sobre sus proezas, sino que además nos ayuda a entender la Modernidad: los tiempos que vieron crecer a estos creadores y que ellos, a su vez, contribuyeron a definir.