Todos conocemos a alguna persona con una formación técnica impecable y un cociente intelectual elevado, que a la hora de expresarse no consigue conectar con el grupo o es incapaz de dirigirlo con éxito.
Esto se debe a que sólo se puede ser un líder efectivo si cuentas con inteligencia emocional y sobre todo, empatía. La empatía es la capacidad de experimentar la realidad de otro o lo que es lo mismo, ponerse en el lugar del que tenemos en frente sin perder la perspectiva de tu realidad.
Hay personas empáticas por naturaleza que son capaces de conectar fácilmente con los otros, pero ser empático no siempre es fácil. Por suerte, esta cualidad se puede desarrollar y potenciar con trabajo y esfuerzo e incluso, convertirse en una herramienta muy útil tanto en el campo empresarial como en el ámbito personal.
“La empatía nos ayuda a tomar decisiones más inteligentes, objetivas y consensuadas”
Entre las actitudes que deben trabajarse para desarrollar la empatía destacan:
- Escuchar con la mente abierta sin prejuicios.
- Mostrar interés por lo que nos cuentan. No vale escuchar solamente, debemos mostrar interés.
- Es importante no interrumpir mientras nos hablan.
- Evitar dedicarnos a dar consejo e intentar sentir lo que el otro siente.
Un líder empático no solo escucha a la otra otra persona, sino que le importa lo que sus empleados o su equipo piense y espera aprender se sus conocimientos.
Conectar con el grupo ofrece la posibilidad de obtener creatividad y una mayor energía.
Los líderes que opta por el autoritarismo solo guían al grupo hacia las discusiones que fragmentan el grupo.
Un líder empático eleva el autoestima y estimula las capacidades de cada individuo al máximo. Con empleados motivados se consiguen mejores resultados y una mayor productividad así que… ¿Qué líder quieres ser?
Apuesta por la empatía.